Errores de entrenamiento

Hay una serie de errores que los runners solemos cometer. Aquí te los explicamos para que los evites en la medida de lo posible.

Salir a tope: empezamos a correr con la motivación y la energía cargada al máximo, pero debemos aprender a visualizar la carrera como un todo, para así saber dosificar la energía y no invertir toda en el inicio. ¡No caigas en la trampa! Uno de los errores de entrenamiento más común en principiantes es empezar fuerte, lo que provoca que al poco rato ya no queden fuerzas. Esto no solo afecta a nuestros objetivos, sino también a nuestra motivación. Si es un entrenamiento recuerda que lo mejor es terminarlo con fuerza y energía y si es una carrera ten en cuenta que  hay que decidir el ritmo al que debemos hacerla e ir a ese ritmo desde el comienzo.

No construir una base: es importante dedicar unas semanas a correr antes de empezar el plan de entrenamiento, de esta manera tus músculos estarán más fuertes y serán más resistentes a la hora de sufrir lesiones. ¡No te la juegues! Intentar conseguir más velocidad sin tener una base sólida en resistencia, hará que no puedas mantener tu forma conforme avance la temporada.

No planificar la progresión: debemos empezar con entrenamientos de poco kilometraje, e ir aumentando un 10% cada semana. Poquito a poco y siempre metiendo descansos entre las sesiones. Tenemos que tener claro que no por correr más distancia a diario vamos a progresar más. A veces convertimos los entrenamientos en competiciones individuales, llevando nuestro cuerpo al máximo, cuando lo que debemos hacer es alternar los entrenamientos intensos con entrenamientos más relajados. Ya se sabe, en el equilibrio está la virtud. Por otro lado, no debes compartir tus objetivos, aunque quieras seguir el ritmo de alguien que corre más, solo vas a conseguir un sobreentrenamiento y dejar de lado los objetivos que querías cumplir. Así que olvídate del “yo corro más que tú”, “a ver si te adelanto” “que va a pensar si me quedo atrás”. Si nos ponemos como meta una carrera, aunque sea de una distancia asequible, hará que nuestra motivación no decaiga y nos estimulará a largo plazo para correr distancias más considerables.

Otro de los errores de entrenamiento más comunes: seguir forzando cuando sientes dolor

Negar dolores: si estamos entrenando y sentimos una molestia, por muy ligera que sea, es preferible parar y darle un descanso al cuerpo. ¡No hagas el loco! Cuando duele, es que algo no está como debería estar. Si seguimos como si nada, puede ser que nos lesionemos y estemos mucho más tiempo sin poder entrenar. Si después de haber descansado el cuerpo un par de días, notamos que la molestia sigue, lo oportuno es ir a un profesional.

No hacer el calentamiento correcto: ni mucho ni poco, hay que encontrar la medida justa. Unos diez minutos antes de salir a entrenar es lo correcto para poder tener el cuerpo a tope. Si hacemos un calentamiento escaso, nuestros músculos estarán fríos, si calentamos en exceso, corremos el riesgo de sentir molestias a la hora de entrenar por alguna rotura o desgarro. Comenzar el entrenamiento trotando muy suave puede servir como calentamiento, y si lo acompañamos de algo de movilidad articular y unas rectas sin forzar estará perfecto. Cuando corremos, nuestro cuerpo se calienta y se llena de energía, energía que hay que liberar en la medida de lo posible. Dedicar los 5 minutos de después a estiramientos nos ayudará a sentirnos mejor y a no perder flexibilidad. El descanso también forma parte de nuestro entrenamiento.

Correr por correr: a correr no solamente se aprende corriendo, esto es uno de los grandes errores de entrenamiento. Correr de manera adecuada implica una técnica que debemos trabajar para fortalecer los músculos de determinadas zonas. También debemos eliminar vicios que vamos cogiendo a la hora de pisar o bracear, que hacen que nuestros entrenamientos no sean tan eficientes como deberían. La alimentación forma también parte del entrenamiento. No podemos descuidarla. Tiene que ser variada y llene nuestros músculos de energía. Correr debería de estar acompañado de entrenamientos de fuerza (en gimnasio o en casa) del tren inferior pero también del tren superior, ya que, si solo entrenamos la parte inferior de nuestro cuerpo, la parte superior no estará al mismo nivel, lo que nos impedirá tener una buena posición corriendo y seremos menos enérgicos.