Correr es una afición (incluso adicción, en algunos casos) para todos los runners.

Uno de sus mayores miedos es terminar sufriendo de problemas en las rodillas o de lesiones incapacitantes que les impidan seguir corriendo cuando alcancen una edad avanzada.

En primer lugar, hay que reconocer que existen un sinfín de imponderables y que no siempre se pueden eludir las lesiones, tanto las eventuales como las crónicas. Sin embargo, sí que es posible prevenirlas. Por ello os vamos a dar una serie de consejos para conseguir llegar a una edad avanzada sin tantas molestias al trotar.

  • Calentamiento articular: el calentamiento antes de cada entrenamiento y de cada competición es básico para preparar a las articulaciones para la acción. Se recomienda hacer ejercicios de movilidad dinámica en los tobillos, las rodillas y los hombros, porque el braceo es muy importante para la técnica de carrera.
  • Alternar entrenamientos de rodaje y de calidad: no se puede salir siempre a luchar contra el crono al máximo nivel de intensidad. Los músculos, tendones, ligamentos y la fascia necesitan descansar de forma adecuada, y también días de rodaje en los que únicamente sumen kilómetros y trabajo, para poder sacar todas sus cualidades a relucir únicamente en los días de exigencia más alta.
  • Renovar calzado deportivo con frecuencia: la espuma y la amortiguación de las suelas de las zapatillas de running van perdiendo propiedades conforme pasan los meses. Es necesario llevar un cálculo aproximado de kilómetros para cambiar las zapatillas cuando lleguen a los 700 kilómetros (de media). Hay otros modelos que tienen una vida útil más corta. De hecho, una mala elección de las zapatillas puede hacer que duren menos de 200 kilómetros. Es importante asesorarse bien antes de adquirirlas. En cualquier caso, renovarlos antes de que pierdan su elasticidad será mucho más respetuoso con nuestras rodillas y nos ayudará a prevenir lesiones y daños en el cartílago.
  • El sobrepeso es el gran enemigo a evitar: correr, ya sea entrenar o competir, con sobrepeso es un gran inconveniente que va minando poco a poco la estructura de nuestras articulaciones. Las rodillas son las principales afectadas. Así pues, si en un reconocimiento médico nos detectan sobrepeso, es importante perder esos kilos de más antes de comenzar a practicar running con regularidad. Para ello, podemos optar por hacer una dieta estricta y bicicleta estática antes de empezar con nuestro plan de running.
  • Estiramientos y visitas al fisioterapeuta: además de los estiramientos posteriores a cada entrenamiento, es recomendable hacer visitas frecuentes al fisioterapeuta que nos ayude a enfrentarnos a las lesiones ante la mínima molestia y no cuando el problema se haya convertido en un dolor persistente.
  • Adaptar nuestros objetivos a la edad. Conforme vamos cumpliendo años nuestras prestaciones bajan, tenemos que asimilarlo y no pretender correr con 50 a la misma velocidad que cuando teníamos 30. En general con la edad se gana resistencia y se pierde velocidad, así que hay que adaptar los ritmos de nuestros entrenamientos y sobre todo los objetivos de tiempos en las carreras.

Seguro que si sigues estos consejos de forma habitual, tus posibilidades de seguir corriendo hasta más allá de la jubilación se verán notablemente incrementadas. Es evidente, por lo tanto, que podemos poner algo de nuestra parte para alargar nuestra vida deportiva. Ahora solo queda ponerlo en práctica cada día que salgamos a correr por el parque más cercano.