Con las temperaturas disparadas, lo cual ha sido la tónica habitual en las últimas semanas, es realmente complicado encontrar la motivación para salir a entrenar. Los runners suelen ser personas disciplinadas, pero incluso a ellos se les hace difícil porque no apetece salir a trotar cuando el sol no da una tregua.
Por desgracia para muchos corredores aficionados, salir a entrenar no es una elección voluntaria, sino que, con una carrera fijada en el calendario, el entreno es una obligación que solo puede posponerse horas o días en casos graves de fuerza mayor. Dejar el entreno para mañana debe ser una excepción en estos casos, sobre todo si están preparando una maratón o una Ultra Trail de montaña.
Consejos para correr en verano
En las siguientes líneas os vamos a dar unos consejos para que salir a entrenar en verano sea tan solo una tortura atenuada y no algo difícil de soportar. Se trata de utilizar el intelecto para que el medio sea lo menos hostil posible.
- ¿Cuál es el mejor horario del día para estar en la calle? Esa es la primera premisa. Si sabemos que a mediodía y por la tarde en nuestra ciudad todo el mundo está refugiándose del calor…. Salir a entrenar en esas franjas horarias no parece que sea la mejor idea del mundo. Las mejores horas son a primera hora de la mañana, cuando el calor de la jornada anterior se ha desvanecido, o cuando cae el sol y comienza a refrescar con la llegada del crepúsculo.
- Hidratación máxima. Nuestra botella de agua será siempre nuestra compañera de viaje en toda salida, trote y entrenamiento, salvo que tengamos bien localizadas las fuentes de agua potable del parque en el que realizamos el circuito. En caso contrario, nos llevaremos una botella de fácil transporte. Si como comentábamos en la línea superior, conoces las fuentes del parque en el que corres, sería bueno que te refrescaras partes claves del cuerpo como la nuca, hombros y brazos.
- Protector solar: otro aliado imprescindible para la batalla de trotar cuando lo hacemos a pleno sol. También es importante llevar unas gafas de sol con alta protección de rayos UV. Con estos dos elementos conseguirás proteger dos órganos muy importantes: la piel y los ojos.
- Entrena a un ritmo más bajo que lo habitual para evitar sustos. Es una forma de prevenir problemas como los infartos y los temidos golpes de calor. Debemos escuchar al cuerpo cuando estamos entrenando porque este, a veces, nos envía señales muy sutiles, que nos advierten de que algo malo va a ocurrir. Si te sientes desorientado, mareado, indispuesto o tienes la visión borrosa, tomate un descanso y recupera las energías en un lugar situado a la sombra. Por supuesto, después debes contactar con un profesional sanitario para contarle tu sintomatología durante el entrenamiento. Él valorará la necesidad de prescribir o no un chequeo médico.
Estos sencillos consejos te ponen la vida un poco más fácil y te permitirán mantener la forma hasta que llegue el otoño. Cuando llegue ese momento, habrás mantenido la base y muy pronto volverás a recuperar tus ritmos más potentes y tu rendimiento previo al verano. Ahora, ya sabes, cálzate las zapatillas y adapta tus entrenamientos a la climatología estival.