pasar de andar a correr

Antes que correr, andar; ir perdiendo peso e ir andando” solía recomendar un viejo amigo mío.  Y su colega le respondía: “yo empecé a correr un poco, pero me he quedado torcido; he empezado a hacer pesas también en el chalet…” En esta conversación costumbrista y casual se ejemplifican dos elementos presentes de forma muy habitual entre los corredores amateurs: la buena voluntad y la falta de planificación… uno muy positivo, pero el otro, por el contrario, muy negativo.

Cómo empezar a correr con regularidad

En el artículo de hoy en Running ZGZ, os vamos a explicar a grandes rasgos las fases que se deben seguir para lograr una transición ideal y empezar a hacer carrera continua con regularidad y cubriendo distancias medias. Hay una forma de hacerlo y consta de varias fases que explicamos de forma pormenorizada a continuación:

  • Vamos a partir de la hipótesis de que la persona que comienza a correr no está en su peso ideal pero tampoco tiene un excesivo sobrepeso. En este caso, lo primero que debemos coger es fondo físico. Nuestras piernas no están musculadas, y las rodillas sufren más de lo debido por esos kilos de más. El primer paso es perder algunos kilos o a través del spinning o saliendo a caminar a un ritmo de marcha nórdica. De esa manera conseguiremos ponernos a tono e iremos preparado el terreno para la carrera continua. Si, en cambio, estamos bastante pasados de kilos, entonces la cosa se complica y lo primero que debemos hacer es seguir a raja tabla una dieta estricta orientada a perder mucha grasa, antes de comenzar a hacer ejercicio con asiduidad.
  • Una vez que nos veamos preparados para salir a correr, nuestro consejo es realizar primero tiradas cortas, de unos minutos, antes de cubrir una distancia ininterrumpida de mayor duración. Por ejemplificarlo gráficamente, corremos 3 minutos a trote suave y nos detenemos a descansar y recuperar fuerzas. A continuación, repetimos la operación de forma sucesiva. Al principio, con tres o cuatro tiradas, notaremos ya el cansancio, e incluso notaremos las molestias de las agujetas y de la sobrecarga muscular al día siguiente, pero de forma paulatina el cuerpo se va a ir habituando a los entrenamientos.
  • Cuando hayan pasado algunas semanas y ya necesitemos tan solo unos cuantos segundos de descanso, entonces habrá llegado el momento de unir los lapsos de tiempo e ir conformando tiradas de 10, 15 o incluso 20 minutos. Será una señal inequívoca de que nos estamos poniendo en forma, y por ello, el entrenamiento en sí se habrá convertido en toda una liberación de endorfinas. En ese punto, ya querrás salir a entrenar a diario: tu cuerpo lo necesitará. Esa sensación es maravillosa para un runner novato, y apenas puede describirse con palabras. Sea como fuere, esto significará que has estado siendo constante y perseverante y que tu objetivo está cumplido, por el momento…
  • Porque… pese a lo dicho en el párrafo anterior in fine, lo difícil no es llegar sino mantenerse y por eso cuando la motivación inicial deje de tener efecto, tendrás que seguir siendo constante si quieres mantenerte en forma y no volver a perder la figura con la misma rapidez de la que llegó. Easy comes, easy goes

Estos pequeños trucos te ayudarán a tener una progresión tan suave como fiable. Y, sobre todo, escucha a tu cuerpo y a las señales que te manda, para prevenir las dichosas lesiones, que le cortan la progresión incluso a los profesionales mejor preparados. Es un deporte muy duro y hay que acostumbrar al cuerpo poco a poco.