Los entrenamientos de los runners que lo practican en el exterior pueden escoger, principalmente dos superficies. O la tierra o el asfalto. Eventualmente se puede correr sobre nieve, con su textura esponjosa pero que, a la vez, incrementa el riesgo de caída, o incluso por césped, en las zonas más lluviosas del país o en los parques y jardines de la ciudad. Pero, como decimos, principalmente en exteriores solo hay las dos opciones del título.
En este artículo os explicaremos las diferencias entre ambas superficies, con el objetivo de que escojáis la que mejor se adapte a vuestro estilo de trotar y a vuestras condiciones psicofísicas.
Por un lado, hay que decir que si bien es asfalto es más seguro para eludir eventuales torceduras de tobillo, que sobre todo sufren los hiperlaxos, también provoca un impacto continuado y uniforme en las caderas, rodillas y en la planta del pie. En tierra, por lo tanto, hay más irregularidades y se incrementa la posibilidad de sufrir un esguince, pero, por el contrario, repercute de manera más natural en nuestras articulaciones, gracias a las protuberancias y a las pequeñas piedras que están distribuidas sobre el firme del camino.
Hay que prestar especial atención a los dolores en las rodillas o en una posible fascitis, que aparece en la planta del pie cuando sufrimos un exceso de fatiga por demasiada distancia, ritmo muy alto, mucha frecuencia o un calzado desgastado. En ese momento se recomienda cambiar de terreno, pero también renovar las zapatillas, para conseguir vencer así a esta temida lesión.
Por otro lado, en el aspecto mental, correr por un camino a la ribera del río puede ser una excelente forma de desconectar, mucho más efectiva que ir trotando por en medio de una ciudad y con un peligro constante provocado por los coches que nos rodean. En definitiva, a nivel psicológico, correr por tierra es mucho más enriquecedor que trotar entre los edificios de hierro y hormigón, pero también podemos correr en asfalto por una carretera comarcal y secundaria, sin mucho tráfico y buenas vistas, cuando estamos en algún pueblo como Acered, Mazaleón o Belchite, por poner algunos ejemplos dentro de nuestra comunidad autónoma.
Esperamos que con esta pequeña recopilación de beneficios y de contraindicaciones sobre el asfalto y la tierra os hayamos ayudado a escoger entre una de las dos superficies, aunque lo mejor es alternar.