Las zapatillas de tus entrenamientos de running se ensucian mucho por dentro, por culpa del sudor, pero también por fuera si corres por senderos de tierra. Especialmente si ha llovido y te toca pasar por barrizales, es posible que terminen completamente pérdidas de barro, y pienses incluso en tirarlas a la basura. Pero no desesperes, en el artículo de hoy os vamos a dar una serie de pautas y consejos para mantenerlas limpias y relucientes. Es importante porque es una buena forma de dejar patente al resto de tus compañeros de entrenamientos que te preocupas hasta por el más mínimo detalle.
Consejos para limpiar tus zapatillas
En primer lugar, hay que decir que no se recomienda en absoluto meter las zapatillas a la lavadora, porque las altas temperaturas del agua de la misma las van a deteriorar mucho. Por otro lado, aunque lo hagas a temperatura de 30 grados, los químicos del detergente pueden quitarle propiedades a los adhesivos, a la tela, o lo que es aún peor, a la suela que amortigua los impactos.
Descartado pues el lavado a máquina, nos queda la opción de lavarlas a mano, y es que estamos plenamente convencidos de que es la forma más segura de limpiarlas. Como truco extra, os recomendamos retirar las plantillas de las mismas y los cordones, porque así conseguiremos una limpieza completa.
También, en línea con lo que os comentábamos al comienzo del artículo, es importante buscar un detergente a mano que sea adecuado para lavar las zapatillas, sin elementos dañinos que afecten a su elasticidad o al pegamento que une las distintas partes textiles.
Lo mejor de esta limpieza profunda no es el exterior, que también se ve muy mejorado porque las zapatillas parecerán más nuevas de lo que en realidad son, sino que lo importante es que todas las bacterias que se acumulan debido al sudor de nuestros pies serán eliminadas de raíz.
Como último consejo antes de despedirnos, es importante que, a la hora de secar las zapatillas, no las coloques encima de un radiador, lo que es un impulso muy tentador en estos meses de invierno. Esto provocaría una deformación en la horma, y es, por lo tanto, mucho mejor dejarlas secar a temperatura ambiente. Solo de esta manera conseguirás que tus zapatillas conserven la misma forma después de ser lavadas.
Gracias a estos sencillos consejos, ya no tienes excusa posible para mantener siempre limpias tus zapatillas de running.