aprende a usar pulsometro

Hace ya mucho tiempo que es de dominio público que no se pueden salir a entrenar sin controlar un poco nuestra evolución, sobre todo si lo que tenemos en mente es progresar y conseguir mejorar nuestros tiempos.

Una buena forma de conseguir este objetivo es adquiriendo un reloj pulsómetro con el que mediremos nuestro ritmo cardiaco.

Hoy os vamos a dar una serie de recomendaciones para aprovecharnos de la tecnología que nos proporciona este gadget y gracias a ellas lograremos un rendimiento más alto en las competiciones amateur.

Si utilizas bien la frecuencia, encontrarás un buen atajo hacia tu mejor versión en carrera.

Consejos para usar correctamente un pulsómetro

  • El primer paso: conocer nuestro ritmo cardiaco en estado de reposo y, a su vez, la frecuencia cardiaca máxima a la que puede latir nuestro corazón por minuto.

Para calcular la frecuencia cardíaca máxima basta con restar tu edad a 220, pero si quieres precisión absoluta deberás hacerte una prueba de esfuerzo. A partir de esa cifra de frecuencia cardiaca máxima hay que determinar unos intervalos por porcentaje.

  • Intervalos: Entre el 60 – 70% es un intervalo que le va como anillo al dedo a los periodos de recuperación. Si nos vamos al 70 – 80% estaremos en entrenamiento aeróbico en donde produciremos una mejora de nuestra condición física. Entre el 80 – 90% estamos ante un ejercicio de alta intensidad y ya solo pueden mantenerla runners que tienen algo de “callo”, como se dice en el argot del mundillo running. En estos porcentajes el organismo comienza a metabolizar el ácido láctico generado por culpa de la alta intensidad del ejercicio. Finalmente estamos en el 90 – 95%, que es una zona de entrenamiento puramente anaeróbico, y en donde nos falta oxígeno. Ya solo es recomendable para momentos puntuales de la competición.
  • En los entrenamientos de tirada larga debemos intentar no sobrepasar el 90% porque no estás en una carrera. Es una salida más en pos del objetivo, pero no tienes que darlo todo cada día que sales a trotar porque si no te quemarás y luego no podrás responder bien en el evento deportivo señalado en rojo en tu calendario.

Cuando toca recuperación, no tendremos que superar el 70 o 75% de las pulsaciones en las salidas destinadas a ese fin. En otras palabras, habrá que mantener todo el ejercicio a un nivel relajado y sin cansarnos en exceso, sino no cumple su función de recuperación.

El pulsómetro se va a convertir a partir de ya en un aliado más que nos permitirá tanto mejorar el tiempo de paso por kilómetro como evitar posibles lesiones del sobre entrenamiento. Y aunque las matemáticas no sean infalibles en este caso porque entran en juego las personas, las mejoras no suelen tardar en hacerse notar.