De forma general la mayoría de los runners son conscientes de la importancia que tiene hidratarse en verano pues es muy evidente que con el calor transpiramos más. Pero no basta con saber que hay que hay que hidratarse. Hay que saber cómo hacerlo correctamente y ahí entra en juego una serie de factores que no debemos perder de vista. Empezando por un error muy común, que es el de hidratarse solo al terminar de entrenar.

Hidratar lo suficiente tu cuerpo antes y durante el entrenamiento influye positivamente en tu rendimiento porque tu cuerpo percibe una menor sensación de esfuerzo, de modo que tenlo siempre presente.

¿Qué tomar para hidratarse correctamente?

En entrenamientos de menos de 60 minutos o de baja intensidad, el agua es suficiente para hidratarte. No obstante, si lo deseas, también puedes tomar algún tipo de infusión fría.

Sin embargo, si tu entrenamiento supera los 60 minutos de duración o si realizas una sesión de alta intensidad, deberías utilizar para hidratarte correctamente una bebida deportiva que contenga carbohidratos (4 – 8%) y electrolitos, entre ellos, sodio, para evitar la hiponatremia, o lo que es lo mismo, una concentración demasiado baja de sodio en sangre, así como calcio, potasio y magnesio.

Qué distribución hacer para hidratarse correctamente

Es importante hidratarse antes, durante y después de entrenar. Durante las dos horas previas al entrenamiento debemos beber de 400 a 600 ml (aproximadamente 3 vasos), en sorbos pequeños. Nunca de golpe. Unos 20 minutos antes de comenzar el ejercicio, debemos beber entre 200 y 300 ml y durante el entrenamiento debemos beber cada 15 o 20 minutos nunca superando los 800 – 900 ml por hora. Al terminar, lo recomendable sería tomar entre 1.2 – 1.5 litros por kg perdido (pues el agua que deberás reponer va en función de tu tasa de sudoración). Algo para lo cual, deberás pesarte antes y después de correr.

Esperamos que este post te ayude a saber cómo hidratarte correctamente. Ya te adelantamos que no es fácil dar con la cantidad exacta de líquidos que debes beber antes, durante y después de tu entrenamiento, ya que depende incluso de la época del año en la que te encuentres. No obstante, ten siempre presente que es mejor beber tragos cortos y frecuentes que una gran cantidad de líquido de golpe, por mucha sed que tengas.